“ TODOS SOMOS UNO CON LOS DEMÁS "

martes, 20 de mayo de 2014

¡Tú serás hoy Champagnat!


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En esta fecha, celebramos que hace 225 años,nacía en una pequeña aldea, Rosey, Marcelino José Benito Champagnat Chirat.
Un niño perteneciente a una familia numerosa que llegaría a ser sacerdote, padre marista y fundador de  los Hermanos Maristas.
Hoy es un día de acción de gracias por su persona, por todo lo que nos aporta a nuestras vidas, por todo lo que nos enseña y por su obra, difundida hoy en muchos países del mundo.


¡Tú serás hoy Champagnat!

Esta historia que todos amamos
No es recuerdo, es hoy realidad.
En ti y en mí está su amor
Que nos hace caminar.
Haz de ser un Hermano de todos,
Sembrador de evangelio y de paz.
Testigo fiel y servidor
Solidario y defensor de la verdad.

Vive en tu corazón lo que él soñó
Haz que brote de ti nueva ilusión.
Marcelino hoy está
En tu respuesta de amor
Canta al ritmo de Dios como hizo él
Y en María tendrás seguridad.
Marcelino vive en ti
Tú serás hoy Champagnat.

No preguntes ni dónde ni cuándo,
Tu respuesta no puede esperar.
Jesús también te llama a ti
Al amor universal.
Sólo Dios romperá tus cadenas
Sólo en El hallarás libertad.
Serás feliz si tú te das.
Te hará fuerte siempre en la dificultad.

Vive en tu corazón lo que él soñó…

¡Tú serás hoy Champagnat!

martes, 6 de mayo de 2014

8 DE MAYO FIESTA DE NUESTRA SEÑORA DE LUJAN PATRONA DE ARGENTINA



La historia comienza en el siglo XVII cuando Antonio Farías Saa, un hacendado portugués afincado en Sumampa (Santiago del Estero), le escribió a un amigo suyo de Brasil para que le enviara una imagen de la Virgen en cuyo honor quería levantar una ermita. El amigo le envió dos, la que le había sido encargada y otra de la Virgen con el Niño Jesús. Virgen de Luján.

Al llegar a Argentina, ambas imágenes fueron colocadas en una carreta y partieron desde Buenos Aires a Santiago del Estero pero al  llegar a las proximidades del río Luján la carreta se detuvo por una fuerza misteriosa contra la que no pudieron las dos yuntas de bueyes que la arrastraban. Eso hizo que el boyero decidiera aliviar el peso de la carga.

A pesar del escaso tamaño de la Virgen, en el momento que bajaron el cajoncito que la transportaba, los bueyes insinuaron la posibilidad de reanudar la marcha, por lo que intentaron acomodarla nuevamente entre la carga pero, al subirla, nuevamente la carreta tornó a detenerse. Descendida por segunda vez la imagen, una vez más el vehículo pudo andar.

Parecía imposible que el pequeño envoltorio y su mínimo peso impidieran la reanudación. El boyero entendió entonces que, lo único que podía impedir la continuidad de la marcha, era el deseo de la Virgen de quedarse en ese lugar.

Los hombres comprendieron que estaba ocurriendo algo milagroso. Al ver que la Virgen no quería marcharse se dirigieron a la casa más cercana, la de don Rosendo. La familia se emocionó al ver la imagen y la colocaron el su casa, la noticia corrió por toda la región, y se enteraron hasta en Buenos Aires. Las personas empezaron a viajar al lugar, entonces don Rosendo construyó una pequeña capilla, entre los pajonales de la pampa, y además le dedico a la Virgen un negrito para cuidarla y encargarse de mantener encendida una lámpara al pie del oratorio que, cada vez fue más popular a raíz de los milagros que, según relata Manuel, comenzaron a registrarse. En este lugar permaneció la virgencita desde 1630 hasta 1674.

La tradición nos dice que Manuel, realizaba curas milagrosas con el sebo de las velas de la capilla y relataba a los peregrinos los viajes de la Santa Virgen, que salía de noche para dar consuelo a los afligidos. Manuel guardaba de los viajes de la Señora los abrojos se desprendían del vestido de la Virgen. Con los años, don Rosendo falleció y el lugar quedo casi abandonado, pero éste hombre fue siempre fiel y continuó al servicio de la Virgen.

Doña Ana Mattos, viuda de Siqueyras era una señora que tenia gran cantidad de tierras a orillas del río Luján, ella quería llevar la imagen a su casa y realizarle una capilla, para ello en el año 1674, habló con el Cura Juan de Oramas, administrador de los bienes de don Rosendo y la colocó en su casa, pero la Santa Virgen desapareció y la encontraron en su antigua ermita (capilla), doña Ana volvió a llevar la imagen a su casa y por segunda vez regresó a la estancia de don Rosendo.

La dama consultó entonces a las autoridades eclesiásticas y civiles, quienes viajaron al lugar y examinaron lo sucedido, esta vez la Virgen fue trasladada en una devota peregrinación y en compañía de Manuel. Desde ese momento la imagen no retornó más a su antigua capilla.

Doña Ana donó el terreno para la realización del nuevo templo en el año 1677 lugar en donde actualmente se encuentra la hermosa Basílica de Luján.